DIEGO QUIJANO

COMUNICACION VISUAL

01/09/2014

Somos gente
pacífica

LA MAREA

Nº16. Mayo de 2014

Un vecino cuelga una pancarta de su balcón. Su mensaje indigna al resto de inquilinos del edificio, que le exigen retirarla de inmediato.

“En esta comunidad somos gente pacífica y por eso hasta ahora no habíamos tenido ningún roce de convivencia. Roces sí, los normales en cualquier finca: gente desconsiderada que fuma en el ascensor, alguno que tira desperdicios al patio, vecinos que no están al día con los recibos, la loca del sexto que vive con mil perros y se cagan en la escalera, familias que se gritan a la hora de la cena, y por supuesto asambleas interminables de la comunidad de propietarios, donde nos dividimos en dos bandos irreconciliables desde hace años. Nada del otro mundo, lo mismo que en cualquier bloque de nuestro barrio. Pero siempre hay alguien que cruza la línea roja, y en nuestro caso ha sido el tipo ese del cuarto derecha. Yo fui el primero en darme cuenta, o quizás otros la vieron antes pero no le dieron importancia, tampoco sé cuántos días llevaba ya la pancarta ahí colgada, uno cuando llega a su casa no repasa la fachada entera antes de entrar. Pero ese día volvía del paseo nocturno con el perro, y me detuve en la acera de enfrente para terminar el cigarrillo, porque yo no soy uno de esos cerdos que apestan de humo el portal. Al dar una calada, levanté la vista al cielo, y allí estaba: desde la calle, de noche y estando el balcón por encima de las farolas, sólo distinguí el trapo blanco cubriendo toda la barandilla, y unas letras oscuras que no pude leer. Pero no me olvidé del asunto, y al día siguiente, cuando marchaba a trabajar, lo primero que hice al salir del portal fue tomar unos metros de distancia, levantar los ojos y leer a la luz del amanecer las dos frases que llenaban la sábana...”

Texto de Isaac Rosa

(puedes leerlo aquí)
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